Angel de Saavedra

Angel de Saavedra Poems

Envuelve al mundo extenso triste noche;
ronco huracán y borrascosas nubes
confunden, y tinieblas impalpables,
el cielo, el mar, la tierra
...

Con once heridas mortales,
hecha pedazos la espada,
el caballero sin aliento
y perdida la batalla,
...

Decidme, zagales,
¿qué fuerza tendrán
los ojos de Lesbia,
que así me hacen mal?
...

Cuando, al compás del bandolín sonoro
y del crótalo ronco, Lucianela,
bailando la gallarda tarantela,
ostenta de sus gracias el tesoro;
...

Cual suele en la floresta deliciosa
tras la cándida rosa y azucena,
y entre la verde grana y la verbena
...

Pálida está de amores
mi dulce niña:
¡nunca vuelven las rosas
...

Angel de Saavedra Biography

Don Ángel de Saavedra y Ramírez de Baquedano, 3rd Duke of Rivas (Spanish: Ángel de Saavedra y Ramírez de Baquedano, Duque de Rivas) (March 19, 1791 - June 22, 1865), was a Spanish poet, dramatist and politician born in Córdoba. He is best known for his play Don Álvaro; o, La fuerza del sino (1835), the first romantic success in the Spanish theater. He fought in the war of independence, was a prominent member of the advanced Liberal party from 1820 to 1823. In 1823, Rivas was condemned to death for his liberal views and fled to England. He lived successively in Italy, Malta and France, until the death of Ferdinand VII in 1833 and the amnesty of 1834, when he returned to Spain. Shortly afterwards succeeding his brother as duke of Rivas. In 1835 he became minister of the interior under Isturiz, and along with his chief had again to leave the country. Returning in 1837, he joined the moderate party, became prime minister, and was subsequently ambassador at Paris and Naples and president of the Real Academia Española. In 1813 he published Ensayos poéticos, and between that date and his first exile several of his tragedies (the most notable being Alatar, 1814, and Lanuza, 1822) were put upon the stage. Traces of foreign influence are observable in El Moro expósito (1833), a narrative poem dedicated to John Hookham Frere; these are still more marked in Don Álvaro o la fuerza del sino (first played on March 22, 1835 in Madrid), a drama which emerged from heated literary controversy. Don Álvaro is of historical importance inasmuch as it established the new French romanticism in Spain. The play was used as the basis of Francesco Maria Piave's libretto for Verdi's opera La forza del destino (1862). As a poet, Rivas's best-known work is Romances históricos (1841), adaptions of popular legends in ballad form.)

The Best Poem Of Angel de Saavedra

Al Faro De Malta

Envuelve al mundo extenso triste noche;
ronco huracán y borrascosas nubes
confunden, y tinieblas impalpables,
el cielo, el mar, la tierra:

y tú invisible, te alzas, en tu frente
ostentando de fuego una corona,
cual rey del caos, que refleja y arde
con luz de paz y vida.

En vano, ronco, el mar alza sus montes
y revienta a tus pies, do, rebramante,
creciendo en blanca espuma, esconde y borra
el abrigo del puerto:

tú, con lengua de fuego, «Aquí está.., dices,
sin voz hablando al tímido piloto,
que como a numen bienhechor te adora
y en ti los ojos clava.

Tiende, apacible noche, el manto rico,
que céfiro amoroso desenrolla;
recamado de estrellas y luceros,
por él rueda la luna;

y entonces tú, de niebla vaporosa
vestido, dejas ver en formas vagas
tu cuerpo colosal, y tu diadema
arde al par de los astros.

Duerme tranquilo el mar; pérfido, esconde
rocas aleves, áridos escollos;
falsos señuelos son; lejanas cumbres
engañan a las naves.

Mas tú, cuyo esplendor todo lo ofusca,
tú, cuya inmoble posición indica
el trono de un monarca, eres su norte;
les adviertes su engaño.

Así de la razón arde la antorcha,
en medio del furor de las pasiones;
o de aleves halagos de fortuna,
a los ojos del alma.

Desque refugio de la airada suerte,
en esta escasa tierra que presides,
y grato albergue, el Cielo bondadoso
me concedió, propicio;

ni una vez sola a mis pesares busco
dulce olvido, del sueño entre los brazos,
sin saludarte, y sin tomar los ojos
a tu espléndida frente.

¡Cuántos, ay, desde el seno de los mares
al par los tomarán!… Tras larga ausencia,
unos, que vuelven a su patria amada,
a sus hijos y esposa.

Otros, prófugos, pobres, perseguidos,
que asilo buscan, cual busqué, lejano,
y a quienes que lo hallaron tu luz dice,
hospitalaria estrella.

Arde, y sirve de norte a los bajeles
que de mi patria, aunque de tarde en tarde,
me traen nuevas amargas y renglones
con lágrimas escritos.

Cuando la vez primera deslumbraste
mis afligidos ojos, ¡cuál mi pecho,
destrozado y hundido en amargura.
palpitó venturoso!

Del Lacio, moribundo, las riberas
huyendo, inhospitables, contrastado
del viento y mar entre ásperos bajíos.
vi tu lumbre divina:

viéronla como yo los marineros,
y, olvidando los votos y plegarias
que en las sordas tinieblas se perdían.
«¡Malta, Malta!». gritaron;

y fuiste a nuestros ojos aureola
que orna la frente de la santa imagen
en quien busca afanoso peregrino
la salud y el consuelo.

Jamás te olvidaré, jamás… Tan sólo
trocara tu esplendor. sin olvidarlo,
rey de la noche, y de tu excelsa cumbre
la benéfica llama,

por la llama y los fúlgidos destellos
que lanza. reflejando al sol naciente,
el arcángel dorado que corona
de Córdoba la torre.

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