Yo sentado y tú allá, distante ocaso de mis ojos
Si me vienen tus rayos dorados como lanzas que frenan su golpe en mi retina
Tan distante en tu abanico y tan cerca en tu paño vestido
Nadie puede quebrar tus rayos
Esa fuerza imparable del adiós de la luz
Culmina con un lento cerrar de ojos de un Sol de atardecer
Que abre luego al amanecer
Y su ojo rocoso le mira de noche
Fiel reflejo de la luna
En la semana...
Parpadeo lento, como un ciclo
La luna pestañea por un mes
Y la vida se renueva
Con la muerte del óvulo
Está condenada a crear oportunidad de vida
Y de descartarla también
This poem has not been translated into any other language yet.
I would like to translate this poem