Juana De Arco Jean D' Arc Poem by Alfred Juillet

Juana de Arco.

Vestias el traje blanco entre el verde del follaje
mirando al cielo veias a la Madre Maria sonreirte
mientras en el campo tu padre araba la tierra feraz
Estabas en un reino encantado en que el Padre vigilaba,
sus Angeles guardaban, su Madre te amaba con una sonrisa.
Despues vinieron las Voces que te impulsaron a correr,
obligandote a dejar los bosques umbrios y serenos,
a dejar padre y madre, a dejar amigos y hermanos,
a dejar tu futuro de madre bonita, de labores de casa,
y te llevo a pelear en guerras de hombres,
recibir viles insultos de los invasores ingleses
que con sus manos llenas aun querian la sangre francesa.
Herida, te levantabas con un grito: A ellos, ahora si!
Y combatias al invasor con tus brazos de mujer,
tus ojos llameantes, tus voces siempre adentro, gritando
pidiendo, obligando a seguir en la batalla por siempre.
Tu rey enfermo, tu rey muy comodo, te dejo batallar por el,
mientras tomaba sus baños perfumados con sus mujeres,
corria la lluvia por tu cara, manchada de barro en
los campos de Francia; tu perfume era el sudor y el viento.
Tu canto era suave, tu mirada serena, tu vida se acaba;
ya te toman prisionera, ya te juzgan con mofa.
Solo quieren tu muerte, niña de las voces, solo tu muerte
podra acallar las voces que te salen de adentro.
Mueres con el nombre de Jesus en tus labios, gritando,
en la plaza llena de fuego y enemigos riendo;
mueres en tu tierra de Francia, mueres quemada.
Ya se podran ir a dormir los sacerdotes hoy dia,
ya se podran reir en sus barracas los ingleses;
quizas alguna francesa lloro tu muerte
quizas alguna paloma emprendio su vuelo.

Ay, tu consuelo era creer en el mundo organizado,
en donde Dios Padre gobernaba junto a sus huestes;
la dulce Maria y el dulce Jesus vigilando tus pasos,
Santa Margarita y Santa Catalina besando tus cenizas.
Todos los angeles corriendo a saludarte alla arriba,
en los verdes potreros del Creador
Alla todo es verde, agua y amor
alla todo es Juana te amamos mi amor!

Quiero creer en tu sueño, quiero creer en que eres eterna,
pero niña, has muerto en Francia por un rey cansado,
has muerto por hombres menos fuertes que tu;
la vida a los diecinueve años te dejo
quemandote como leño viejo en dia feroz